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La placenta: un órgano compartido entre mamá y bebé.

A menudo las mamás sentimos que existe un hilo invisible con nuestro bebé. Ese vínculo mamá y bebé no es nada metafórico durante el embarazo. Se trata de la placenta, un órgano que comparten bebé y mamá y en el que a cada uno le pertenece una parte. Este órgano clave en la gestación, a menudo pasa desapercibido pero en este post te explicaré sus características, funciones, ubicación y qué sucede con él después de dar a luz.

¿Cómo es la placenta?

Su aspecto es de disco redondeado, de unos 25 cm, 2,5-3 cm de grosor y un peso aproximado de 500 g. La parte perteneciente al feto, es el cordón umbilical, con dos arterias una vena, el amnios, y los vasos coriónicos. La cara materna presenta cotiledones, que son compartimentos de la placenta donde se produce el intercambio placentario

Es un órgano materno-fetal de tipo hemocorial, lo que significa que el tejido fetal penetra en el endometrio y entra en contacto con la sangre materna, por lo que circula sangre y partículas en ambas direcciones.

¿Cuándo se forma la placenta?

Se forma durante la implantación, ya que cuando el espermatozoide es fecundado por el óvulo, una parte formará el embrión y otra se convertirá en la placenta. Esta toma su forma final alrededor del cuarto mes aunque irá haciendo pequeños cambios hasta el final del embarazo.

Funciones de la placenta: vínculo entre mamá y bebé

La placenta es un órgano con multitud de funciones y de vital importancia en el embarazo para el desarrollo y crecimiento del bebé.

El bebé se encuentra protegido y envueltoentre la membrana de la bolsa de las aguas, el líquido amniótico y la placenta. Esto crea un ambiente estéril y con una temperatura controlada, manteniéndolo seguro y aislado de golpes, cambios bruscos de temperatura, etc.

Se encarga de excretar los productos de deshecho fetales. El feto, transfiere a su madre los productos de deshecho que produce su metabolismo y que no puede eliminar por sí solo.

El la placenta se produce el intercambio de nutrientes entre la circulación mamá y bebé, como agua, electrolitos, glucosa, etc. Y el intercambio de gases, como O2 y CO2.

Tiene función inmunológica. Esto significa que transmite al bebé anticuerpos de la madre, dotándole de inmunidad pasiva.

Es un buen filtro que impide que lleguen al bebé multitud de sustancias tóxicas: parásitos, virus, bacterias… Aunque a través de ella también pueden llegar al bebé directamente agentes como el tabaco, el alcohol, ciertos fármacos o enfermedades como rubeola o la toxoplasmosis.

La placenta se encarga de producir hormonas como la HCG, que permite el embarazo en sus primeras etapas; la progesterona, que mantiene y protege el embarazo; estrógenos que ayudan al crecimiento del útero y lactógeno placentario (LPH), que aumenta la disponibilidad de glucosa en el bebé e impide que entre en las células maternas.

¿Cómo se sitúa la placenta en el útero materno?

Normalmente la placenta se sitúa en la cara interior o posterior del útero, sin interferir o tapar el cuello uterino. Es normal que durante el inicio del embarazo la placenta esté en la parte más baja del útero. A medida que el embarazo avanza, el útero crece y la placenta se desplaza hacia la parte superior.

Alteraciones de la placenta

Si la placenta se sitúa en la parte baja del útero, en el segmento inferior, le llamamos placenta previa. Esto ocurre en uno de cada 200 embarazos aproximadamente y puede ser una placenta previa total (cubre totalmente el cuello del útero); parcial (cubre parte del cuello uterino) y marginal (queda cerca del cuello pero no lo obstruye)

El síntoma más común es un sangrado vaginal repentino e indoloro. La placenta previa total impide que el parto sea mediante la vía vaginal, ya que cubre la abertura del cuello uterino, por lo tanto, el parto será mediante cesárea.

¿Qué ocurre con la placenta tras el parto?

Tras el parto, y una vez ha nacido el bebé, todavía queda que la placenta sea expulsada. A este proceso se le llama alumbramiento y ocurre normalmente entre 10 y 30 minutos tras el nacimiento. La salida de la placenta está influida por un pico de oxitocina. Es decir, se reanudarán las que reanuda las contracciones y la placenta saldrá tras una gran contracción uterina.

Como curiosidad…

En nuestra cultura la placenta pasa a ser un residuo tras el parto, pero, en muchas culturas, utilizan la placenta tras el parto para realizar rituales, sembrarla, usarla como talismán o ingerirla.

Respecto a la práctica de comer placenta, se dice que sus efectos varían desde aumentar la producción de leche, mejorar la recuperación postparto, aumentar la energía, mejorar la firmeza y elasticidad de la piel y reducir las tasas de depresión postparto. Nuestra posición, como sabes, es siempre de respeto hacia todas las opciones pero, en este caso, debemos advertirte que no existe suficiente evidencia científica que avale estas cualidades.

Nuestra recomendación

La placenta es principalmente es un órgano fundamental de intercambio entre mamá y bebé. Por eso es sumamente importante que tengas en cuenta todo lo que puede llegar al feto a través de ella. No solo a través de la comida, si no también a través de la piel, ya que hay determinados ingredientes cosméticos que pueden filtrarse a través de la sangre y llegar a la placenta y de allí al niño. Por eso, es de suma importancia que te asegures de que los productos que usas son totalmente inocuos para ti y para tu bebé. Consume cosmética consciente.

 

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