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EMBARAZO Y ALCOHOL, ¿CUÁNTO ES DEMASIADO?

Durante décadas este tema ha estado y está sobre la mesa. Si hacemos una encuesta entre nuestros conocidos e incluso si les preguntamos a los especialistas, la respuesta puede ser confusa. Hay quienes piensan que por un “poquito” de alcohol durante el embarazo no pasa nada y quienes tajantemente lo eliminan de la ecuación.

Pero, ¿qué dice la ciencia?

El mayor problema con el que nos encontramos es que durante el embarazo no hay ninguna cantidad de ingesta mínima o máxima aproximada que garantice la seguridad del feto. Dicho de otra forma: no sabemos qué cantidad podría ser perjudicial para el bebé.

También tenemos que tener en cuenta los factores particulares de cada persona: altura, peso, niveles personales de enzimas que descomponen el alcohol en sangre – esto es lo que determina la rapidez de la metabolización del alcohol, es decir, su eliminación – y la cantidad de factores de riesgo con los que cuenta la madre: consumo de medicamentos como antidepresivos, afecciones hepáticas o la edad.

En Journal of Epidemiology Health, publicó un estudio en el que se relacionaban problemas conductuales y cognitivos en hijos de madres que habían consumido una o dos bebidas alcohólicas a la semana, o de manera ocasional durante su embarazo.

Un estudio más reciente publicado en el International Journal of Obstetrics and Gynaecology indica que sólo una ingesta elevada (más de nueve tomas semanales, de 12 gramos cada una) durante el embarazo tiene consecuencias negativas para los hijos. Ninguno de los análisis realizados mostró diferencias entre el desarrollo de los bebés de madres abstemias y los de mujeres que consumieron cantidades bajas o moderadas de alcohol durante los primeros meses de embarazo. Solo los hijos de las mamás que tomaron grandes cantidades de bebidas alcohólicas presentaban problemas de atención.

Aun así pienso y creo que está suficientemente demostrado que  el alcohol, estando embarazada o sin estarlo, no es algo beneficioso para el organismo. Puede afectar a las células del cerebro, al corazón, riñones, hígado y puede llegar a producir cáncer. Realmente el alcohol no nos aporta nada “positivo” desde el punto de vista nutricional, no hay nada en la composición de las bebidas alcohólicas que no podamos obtener por medio de otro tipo de alimentos. Ingerir una copa de alcohol en un brindis, una fiesta o una celebración es más la costumbre que otra cosa.

Por ello los manuales de recomendaciones durante el embarazo de la mayoría de países, incluyendo el nuestro, recomiendan a las mujeres embarazadas que no ingieran alcohol desde el momento en el que conocen estarlo.

Con los datos encima de la mesa y sabiendo que no hay una cantidad perjudicial determinada, pero sabiendo que el alcohol no va a sumar si no que en todo caso restará, queda a elección de cada madre tomarlo o no de forma esporádica si está embarazada.

Lo que sí pienso es que no se debes sentirte culpable por haber consumido alguna copa durante las primeras semanas cuando no sabías que estabas embarazada. Tómatelo con calma y actúa ahora en consecuencia con toda la información que ya sabes.  Me encantaría aclararte cualquier duda y que nos cuentes tu experiencia.

 

Andrea Cañas Onzaiin

Coach nutricional

http://www.onzaindecasonutricion.com

Entrenadora nutricional en Onzain de Caso Nutrición. Andrea persigue siempre el éxito de cada uno de sus clientes, adaptando la comida a la persona y no al contrario como suele ocurrir. Comer sano, sabroso y estar saludable es posible con las pautas y la organización adecuadas. El objetivo de su mensaje es que las personas vean este mundo de “lo sano” como algo alcanzable y sencillo y no como algo complicado e inaccesible.

 

 

 

 

 

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